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¿Cuál es el principal activo de tu negocio?

Publicado por Guillermo Martorell en

Algunos de los principales periódicos de tirada nacional han descubierto que vender productos puede ser muy rentable. Lo que comenzó como una serie de acciones promocionales para vender más periódicos (el caso típico son las películas en DVD) se está convirtiendo en un nuevo canal de distribución, parecido a la venta por catálogo. Mirando las páginas de cualquiera de estos diarios nos encontramos con que podemos comprar todo tipo de productos (cámaras de vídeo, televisores, bicicletas, electrodomésticos...) a un precio muy competitivo. Podría parecer que nos los venden a coste y que su interés está en que acumulemos cupones, lo que implica comprar el periódico cada día. Quizá el modelo se planteara así en un primer momento, pero ya no. Para la mayoría de estos periódicos, este tipo de venta les reporta grandes beneficios, que están ayudando a compensar la pérdida de ingresos por publicidad.
Si partimos de la idea de que el activo más valioso de un diario no son sus contenidos, sino los cientos de miles de lectores que le prestan su atención cada día, podemos entender que existen distintas fórmulas para rentabilizar esta atención. Una de ellas es vender espacios publicitarios; otra es vender directamente los productos.
Situaciones similares ocurren cada vez más a nuestro alrededor. Estamos viendo cómo los canales de distribución se están convirtiendo en fabricantes de productos a través de las denominadas “marcas blancas”. A su vez, los fabricantes de productos están creando sus propios canales de distribución, tanto online como físicos (el caso de las tiendas propias de Apple es uno de los más evidentes). Algunas aerolíneas de bajo coste generan ingresos de los gobiernos locales de algunos destinos en concepto de “tráfico de turistas”...
Todo este movimiento nos debería llevar a reflexionar sobre algunas preguntas que, desde nuestro punto de vista, todo negocio (y, por extensión, toda marca) debería plantearse en algún momento:
¿Cuál es mi principal activo?
¿Qué estoy haciendo para cuidar y hacer crecer ese activo?
¿Qué estoy haciendo y qué puedo hacer para rentabilizar ese activo?
En cada caso las respuestas serán muy diferentes, pero seguro que de ellas pueden salir nuevas y prometedoras oportunidades.

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