Una marca es una promesa

Esta es la definición que, desde mi punto de vista, mejor resume lo que debe ser una marca.  

La promesa de la marca es lo que ésta dice que hará por sus clientes. O, dicho de otro modo, lo que sus clientes perciben que pueden esperar de ella.

Si sólo pudiéramos decir una cosa acerca de nuestra marca, debería ser ésta. De ella nace toda la comunicación y es la inspiración para los empleados; lo que mueve a la empresa para mejorar constantemente.

Veamos un ejemplo: si queremos comprar un coche y lo que más nos importa es el precio, es muy probable que entre nuestras opciones incluyamos un Dacia. La promesa de esta marca es muy clara: te daré un coche muy barato sin renunciar a lo básico. A partir de esta promesa entendemos que no podemos pedirle a esta marca un cohe personalizado a nuestro gusto y con los últimos adelantos en tecnología y elementos de confort. Entonces, si realmente el precio es nuestro principal elemento de decisión, es muy probable que acabemos comprando un Dacia.

Lo interesante de la comunicación de esta marca es que se ha aferrado a su promesa y se ha dedicado a explicarla de una forma clara y directa.

Dacia fue la segunda marca del Top 25 que más creció en ventas en 2007 (casi un 20%). Si este dato sirve de referente, la estrategia parece que funciona.