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La identidad corporativa: mucho más que un nombre y un logo

Publicado por Guillermo Martorell en

 

Cuando hablamos de identidad corporativa, la mayoría de la gente piensa en un nombre y un logotipo. Así, lo que suele ocurrir al crear una empresa o una marca es que los socios deciden el nombre y encargan a un diseñador gráfico la creación del logotipo. En las grandes empresas, se encarga el trabajo completo a una agencia especializada, pero el resultado suele ser parecido: un nombre y un logo.

Muchas veces decimos que las marcas son como las personas. ¿Crees que para definir tu identidad como persona bastaría con conocer tu nombre y verte la cara?. Imagino que no, y con las marcas ocurre lo mismo. El nombre y el logotipo son los primeros elementos que hay que definir, pero no nos podemos quedar allí.

En cuanto al nombre, su función es básicamente de identificación. Necesitamos darle nombre a las cosas y a las personas para poder referirnos a ellas. La elección de un nombre adecuado para una marca no es algo por lo que haya que obsesionarse. Entre las principales marcas a nivel mundial encontramos algunas cuyos nombres no son muy acertados, y eso no les ha impedido triunfar. Por ejemplo, la marca de automoción Mercedes tiene un nombre que no sería el ideal si tuviéramos que crearla hoy desde cero (parece ser que era el nombre de la hija de un distribuidor de la compañía), y sin embargo su éxito es indudable.

Igual que nadie juzga a una persona por su nombre, con una marca ocurre lo mismo. En cualquier caso, lo importante es que el nombre sea facil de recordar, y por eso se recomienda que sea corto, con buena sonoridad y, si se quiere, que evoque el ámbito de actividad en el que actúa la empresa.

Por su parte, el logotipo es como la “cara” de la marca. Una cara puede decirnos muchas cosas sobre una persona, pero no es suficiente para mostrarnos su identidad.

El logotipo es un elemento que conviene cuidar mucho, haciendo que sea coherente con el tipo de imagen que queremos transmitir. Sería contradictorio, por ejemplo, intentar crear una marca de lujo cuya promesa se base en la calidad y la atención a los detalles, y hacerlo en base a un logotipo de diseño pobre y descuidado.

Una vez tenemos definido el punto de partida (nombre y logo), conviene avanzar en el diseño de la identidad de la marca. Para ello hay que tener en cuenta muchos otros elementos importantes, entre los que podemos destacar:

  • Su tipografía
  • Su tono de voz
  • Su estilo de comunicación
  • Sus colores
  • Sus símbolos
  • El diseño de sus productos y de su packaging
  • Su olor
  • Su textura
  • Su sabor
  • Su música
  • ...

De algunos de estos elementos hablaremos en futuros posts. Sin embargo, hay algo que debería ser común a todos ellos, y es que tienen que estar en línea con la personalidad de la marca, que definimos en el momento de crear la esencia de la misma.


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